Kudzú tropical: situación y perspectivas para la agricultura sostenible

La agricultura moderna se destaca por su alta productividad, estabilidad en la producción y rentabilidad a corto plazo. Sin embargo, esta depende en gran medida de recursos externos como energía, fertilizantes, agroquímicos, etc. Además, presenta una baja diversidad tanto en términos vegetales como de microorganismos, junto con una autonomía limitada y poca resiliencia ante perturbaciones o cambios en el entorno.Este enfoque tiene consecuencias ambientales graves, incluyendo la pérdida de nutrientes, la contaminación del suelo y agua, altas emisiones de gases de efecto invernadero, y un aumento en las emisiones de carbono y agua. La agricultura también se vuelve vulnerable al cambio climático global, especialmente debido a modificaciones en la distribución y cantidad de precipitaciones, afectando la disponibilidad de agua no solo en regiones de secano sino también en zonas de riego, generando más incertidumbre para la agricultura convencional.La fijación biológica de nitrógeno (BNF) es el proceso mediante el cual ciertas bacterias convierten el nitrógeno atmosférico (N₂) en amoníaco (NH₃). Estas bacterias producen una enzima llamada nitrogenasa, la cual cataliza esta conversión. En el caso de las leguminosas, se forma una asociación simbiótica con bacterias de diversos géneros, desarrollando nódulos en las raíces de la planta. Aunque hay escasas evaluaciones de la fijación de nitrógeno por parte del kudzú tropical (Pueraria phaseoloides), se ha observado que puede superar los 100 kg por hectárea al año cuando crece como cubierta vegetal en condiciones de sombra.La agricultura sostenible busca transformar las prácticas agrícolas actuales para que sean más viables en términos ambientales, sociales y económicos. Los puntos clave son: 1) incrementar la biodiversidad en los agroecosistemas (plantas, insectos, microorganismos) para que imiten los ecosistemas naturales y sigan siendo rentables; 2) fortalecer la ecología microbiana del suelo y el ciclo de nutrientes para garantizar una nutrición adecuada de las plantas; 3) manejar las plagas y enfermedades mediante regulación interna para reducir la dependencia de agroquímicos; y 4) adaptar los cultivos para usar de manera más eficiente los recursos naturales (agua y nutrientes) y para resistir plagas y enfermedades.